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Foto del escritorSergio Moreno Rodríguez

APRENDER A PENSAR

Actualizado: 1 abr 2019

Una queja recurrente de los padres que vienen a nuestro centro tiene que ver con frases como éstas:

- “memorizan como papagayos sin entender nada…”

- “mi hijo no entiende nada de lo que lee…..”

- “se pasa horas y horas sentado y no le cunde…..”


Pueden parecer quejas de padres hechas acerca de hijos que posean dificultades de aprendizaje, pero la triste realidad es que no es así. Se trata de niños normales y corrientes. Inmersos en un sistema que no les sobreestimula, pero que no les estimula para aprender.


La educación adolece más que nunca de una fatal incoherencia entre su verdadero propósito y los resultados que obtiene. ¿O no? ¿O quizá no es tan gratuita o casual este déficit en la comprensión?


El lenguaje es la base de la comprensión de la realidad. Es la base del pensamiento. Cuanto más se empobrece la comprensión y el lenguaje, más se empobrece el pensamiento. ¿Es casual que teniendo un idioma tan rico nuestros niveles de comprensión y manejo del lenguaje estén por los suelos? ¿A quién favorece esto?


Cuantas menos herramientas lingüísticas se poseen, menos herramientas de pensamiento se poseen. Menos pensamiento crítico, reflexivo, analítico, independiente.


¿Es casual que a veces parezcamos una sociedad dirigida por un discurso oficial y único? ¿No será que quizá lo conveniente es enseñar a NO pensar?

Son preguntas que me hago, para las que no tengo respuestas muy claras.

El lenguaje da forma al pensamiento. Si el lenguaje es pobre, el pensamiento también. Si el lenguaje es rico y complejo, el pensamiento se vuelve rico y complejo. La persona, en consecuencia, se vuelve menos manipulable.


Los manipuladores (política, medios de comunicación, etc,..) buscan empobrecer y distorsionar el lenguaje para conseguir sus fines. Y estos fines los logran haciendo que la población tenga menos herramientas mentales con las que defenderse.


El filósofo López-Quintas, uno de nuestros mayores expertos en manipulación, ha estudiado muy bien este delicado proceso.


El fin de la manipulación no es otro que convertir a las personas en partidarias de una determinada concepción de la vida. “En democracia el que quiere modelar las mentes debe hacerlo sin dar la impresión de que elimina la libertad de los afectados”.


Él utiliza el concepto de las palabras-talismán. Palabras cuyo sentido se da por indiscutible y que, normalmente, se usa en contraposición a otro término supuestamente contrario que se da también por indiscutible.


Por ejemplo, si tomamos la palabra CAMBIO, el manipulador le otorga un uso determinado: el de que nada es permanente, todo es subjetivo, variable y nunca hay ni habrá verdades ni valores. Esta idea, ya de por sí, cuestionable, adquiere un prestigio automático al asociarse a CAMBIO. El oyente la acepta sin discusión. Sin darse cuenta de que simplemente añadiéndole distintas preposiciones, el término puede adquirir distintos sentidos. Sin darse cuenta tampoco de que la palabra CAMBIO no tiene porqué conllevar un matiz positivo por sí mismo. El concepto “cambio” es simplemente pasar de un estado a otro. Pero evidentemente ese cambio no tiene por qué ser hacia algo mejor por el hecho de ser cambio.


El cambio se convierte en la meta ideal, sin saber si este cambio es a mejor, a peor, hacia dónde, en qué contexto, cómo, etc. El que lo cuestiona es porque está en contra del PROGRESO, sin que tampoco sepamos muy bien en qué consiste el progreso.

La siguiente consecuencia es que se DESPRESTIGIA todo lo que suene a contrario al cambio, aunque sea razonado y razonable.


Podemos hacer la misma pirueta con otros términos como LIBERTAD o IGUALDAD. El término libertad adquiere un sentido casi místico incuestionable, sin que nadie sepa muy bien a qué nos estamos refiriendo. Y de nuevo sin tener en cuenta los matices y los contextos. No es lo mismo “libertad de maniobra” que “libertad para actuar” que “libertad de no ser coaccionado”. De hecho, implican supuestos que a veces no tienen nada que ver entre sí. Pero el manipulador usa el concepto como algo incuestionable. Y el que se atreve a cuestionar esta visión en blanco y negro, es tachado enseguida de estar en contra de la libertad, o de la igualdad, o del cambio.


Otro ejemplo sencillo: pensad en el término “ayuda”. Ayudar se da por bueno, pero ¿es siempre lo más beneficioso para el individuo? Por ejemplo, darle todo hecho a un niño constantemente en vez de enseñarle a valerse por sí mismo, es ayudarle probablemente. ¿Pero es lo más beneficioso para él? Recurramos a la famosa frase “dar peces o enseñar a pescar”. Yo iría incluso más allá, “enseñar a construir la caña”.

Como también cita López-Quintas, la consecuencia de toda esta manipulación es un pueblo masificado, sin estructura para pensar, SENTIR, y QUERER por cuenta propia. Un pueblo adocenado que piensa, siente y actúa como le dicen que haga.


Los manipuladores se expresan de forma oscura, imprecisa, apelando a la emoción. Se expresan con dicotomías, en blanco y negro (si criticas esto es porque estas a favor de lo contrario). Gracias a esta apelación a la emoción, consiguen que el pueblo acepte teorías de lo más rocambolescas y, por supuestos, simplistas.


Una de las cosas que más pereza le da a nuestro cerebro es admitir que la realidad es compleja. Y lo es. Pero nuestra mente está diseñada para actuar con el mínimo de información posible, por eso tendemos a la simplificación. El manipulador se aprovecha de esto para adoctrinar. Una vez adoctrinada una persona, es fácil impulsarla a actuar en una dirección.


¿Qué podemos empezar a hacer? EMPEZAR A PENSAR. Un ejercicio muy divertido y útil es intentar cambiar conceptos que damos por indiscutibles por otros que pudieran ser más correctos objetivamente.


Yo por ejemplo, que puedo cuestionar el concepto de “igualdad de oportunidades”, lo he cambiado por “libertad de oportunidades”, porque lo que me parece importante es que HAYA oportunidades, no que esas oportunidades sean iguales. ¿Por qué no iguales? Porque la única forma de igualar las cosas es a la BAJA. Que las oportunidades, los ingresos y las potencialidades sean distintos acaba siendo mejor para todos si cada uno aprovecha lo que tiene.


O puedes cuestionar qué significa LIBERTAD para ti. Porque seguro que no es lo mismo que para mí. Para mí la libertad entendida como libertad de maniobra independientemente de las circunstancias, me parece una visión reduccionista e infantil. Influye mucho el contexto en el que estemos. Si yo reflexiono sobre economía, me convence más pensar en la libertad como “ausencia de coacción por parte de terceros”. Y a partir de ahí puedo montar otras reflexiones o cuestionamientos.

¿Qué más podemos hacer?


Empezar a cuestionarnos que la realidad no es homogénea, sino que tiene distintos niveles de profundidad y complejidad. Cuando uno empieza a cuestionarlo, se da cuenta de que no hay que elegir entre dicotomías: dentro-fuera, contigo-contra ti, derecha-izquierda, amor-odio,….; sino que los términos opuestos a veces pueden complementarse y potenciarse mutuamente: “independencia-solidaridad”, “vida personal-vida social”, “libertad-responsabilidad”, “lo interno-lo externo”, “amor-desapego”, etc. Los conceptos dejan de ser dilemas y pasan a ser contrastes. Los contrastes enriquecen. Los dilemas empobrecen.


Hemos empezado hablando de educación, y hemos acabado hablando de pensamiento y manipulación, y parece que todo casa. Y tú, ¿Qué piensas?

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