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Foto del escritorSergio Moreno Rodríguez

Dieta hipoinformativa.

Muchos psicólogos recomendamos el siguiente consejo, por extraño que parezca:

No veas los informativos. Reduce el consumo de redes sociales.


¿Extraño? Quizá. El mejor consejo que se le puede dar a alguien que quiera mejorar su salud mental es no ver la televisión en absoluto.


“El bajón” que nos da cada vez que navegamos por redes o vemos las noticias es de órdago. Es una película de terror constante. ¿Reflejo de la sociedad? ¿Reflejo de la realidad? Es un bombardeo constante de información negativa que afecta a nuestra psique.


Creemos que lo que vemos en los informativos es la realidad. Y no es así. Es sólo una megalupa alarmista que se pone sobre asuntos excepcionales, sobre todo negativos. Es una selección sobre una selección de anécdotas ya de por sí negativas, pero a las que se le añade un componente morboso y más negativo si cabe, siempre que se puede.


Este producto final no es más que una selección tendenciosa producida para ser consumida. Y para ser consumida necesita captar nuestra atención.


Cuanto más tiempo pasamos frente al televisor, más corremos el riesgo de pensar que la realidad es así. Nuestro pensamiento se deforma para adecuarse a la visión del mundo que nos ofrecen.


Diversos estudios han demostrado que el simple de disminuir el tiempo que se pasaba frente a las redes sociales disminuía los niveles de stress, ansiedad, depresión, sensación de soledad, etc.


El mundo no es ese lugar horrible que nos venden las pantallas desde esa visión absolutamente sesgada. Está claro que el mundo no es un lugar perfecto, pero dista mucho de ser un lugar horrible. De hecho, si vamos a la estadística pura y dura, tenemos más razones para decantarnos por la visión, a día de hoy, de que el mundo es un lugar seguro, próspero y sensato, lleno de cosas estupendas por las que deberíamos ser un poco agradecidos.


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