La baja autoestima es una actitud ante la vida que tendamos a denigranos y degradarnos, así como proyectar en los demás nuestras propias dificultades. Cuando tenemos baja autoestima, tendemos a:
buscar constantemente la aprobación de los demás.
deseo de control de los otros.
dejar que abusen de nosotros amigos, parejas, compañeros.
tener pensamientos irracionales.
no escoger un trabajo que nos satisfaga o se adecúe a nuestras habilidades.
aceptar juicios negativos como reales.
sentirnos atraídos por personas con baja autoestima.
A continuación, se citan algunos de los pensamientos irracionales o leyes mentales más frecuentes de las personas con baja autoestima. En cada uno de ellos, ofrecemos formas de cuestionarlos para empezar a trabajar la autoestima:
“Necesito que los demás me acepten, me quieran, caerles bien,…..y si quiero que me acepten debo controlar mucho lo que hago.” Cuestionamiento racional: si necesitas controlar todo para sentirte valioso, cuestiona tus emociones. “Sentirte” valioso no significa que lo seas. Por la misma razón, cada vez que te sientes inútil o desgraciado, también lo serías. Si tus padres han valorado tus acciones y resultados más que tus esfuerzos, podemos pensar que su juicio es totalmente subjetivo e injusto.
“Debes conseguir triunfos para valorarte y ser valorada por los demás como una persona importante, una persona que vale.” Cuestionamiento racional: no todo el mundo considera valiosas a las personas por sus logros. Lo que se considera valioso es subjetivo. Incluso podemos hacer cosas cuestionables y las personas más cercanas no dejan de querernos, luego la valía persona debe ir por otro lado. Del mismo modo, lograr todo lo que esperan de mí a veces no se traduce en más cariño por parte de los otros.
“Si cometo errores significa que soy un fracaso.” Cuestionamiento racional: las personas estamos constantemente evaluando. Una de las tendencias de esta evaluación es sacar conclusiones generales de hechos particulares. Las personas tienen miles de características, atributos, pensamientos, sentimientos, conductas,….Éstos elementos pueden variar. Somos un proceso en marcha con pasado, presente y futuro. Aunque a veces se nos intenta “cosificar”, no somos una “cosa”, sino un proceso. Por tanto, toda calificación es inexacta. No es racional hacer una valoración global y rígida a un proceso que es vivo y cambiante.
“Si cometo errores significa que ya no podré tener éxito.” Cuestionamiento racional: ¿Conoces a alguien que haya triunfado de la noche a la mañana y sin esfuerzo? Normalmente, el camino del éxito es un camino lleno de baches que sólo vive la persona que lo sufre. El resto sólo ve el reflejo del resultado final. Piensa en un grupo que llega al estrellato. Para el público suele parecer un caso de “éxito instantáneo”, pero sólo porque no conoce todo el trabajo y sufrimiento de años que hay detrás. Estas personas se sobrepusieron, aprendieron de sus errores, y sí, seguramente tuvieron también mucha suerte. El éxito y el fracaso son multicausales. ¿Significa esto que debemos buscar el error? No, simplemente que cuando venga aprendamos de ellos si hay opción, pero sobre todo que no confundamos el error con la falta de valía persona. De algunos errores se aprende, otros hay que evitarlos porque son molestos. De los aciertos también se aprende muchísimo.
“Me valoro por la opinión que los otros tienen de mí.” Cuestionamiento racional:¿La opinión de los demás es una medida fiable de mi valor personal? ¿Qué ventajas me aporta esto? ¿Qué pasa cuándo me valora alguien que me tiene manía? ¿Su opinión de subjetiva? ¿Cualquier opinión es subjetiva? Y si no lo fuera, ¿por qué es la medida de mi valor?
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